lunes, 12 de mayo de 2014

Ocho apellidos vascos, de Emilio Martínez-Lázaro

Películas

O cómo mezclar unos chistes dignos de Bertín Osborne y Arévalo con la comedia de equívocos de Billy Wilder o Howard Hawks. Capaz de presentar momentos tan sublimes como el de Karra Elejalde (lo mejor con diferencia) en el restaurante y otros tan de vergüenza ajena como el del calabozo o la manifestación. El “Cabesa” y el “Culebra” estarían graciosos aunque leyeran el BOE. La Machi, repetida como siempre. Y Dani Rovira promete.

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